Desfile nocturno
Se supone que el camarote de los capitanes son privados, es uno de los privilegios que se tienen a cambio de tener la responsabilidad de dirigir una tripulación. Sin embargo parece que los miembros de mi tripulación no lo tienen claro. Casi cada noche se levanta uno y se mete en la cama, cuando no son dos. Así que no nos queda más remedio que hacer un ejercicio de compresión corporal para tener espacio. Menos mal que los manotazos y las pataditas nos masajean la espalda, la barriga y la cara. Se levanta uno como nuevo.
Lo peor es que los que no suelen venir sienten envidia y y de repente los ves rifandose los días que les "toca" dormir en la cama de los papis. Así que llega la noche en cuestión y empiezas siendo tres y acabas siendo cinco. Así que cuando acaba el desfile nocturno yo me voy a dormir placidamente lo que queda de noche en una estupenda, cómoda y nada valorada cama infantil.
Buena travesía.