Cuando la familia sale a comer fuera, a un restaurante que no es un fast food, si va con niños pequeños y en la carta le ofrecen un menú infantil, el padre da un salto de alegría y la madre respira aliviada, mientras que los pequeños hacen la ola porque eso significa que les van a servir de comer algo comestible. ¿En qué consisten los menús infantiles? Pues básicamente hay patatas fritas casi siempre, acompañadas de croquetas o pechuga empanada, a veces hay macarrones con tomate, o arroz con pollo y de postre, algo dulce, muy dulce, como tarta o helado. En general, las raciones son reducidas, de acuerdo al tamaño del comensal y se les sirve primero de acuerdo a la paciencia del comensal. Como a los piratillas lo que realmente les interesa es el postre, engullen el plato, mientras preguntan una y otra vez donde está el helado o lo que sea, porque hasta que no lo ven no se creen la inmensa suerte que tienen. Así, si está todo bien organizado, ellos acaban de comer y se pringan de chocolate cuando los padres empiezan a comer, y se ponen a hacer cosas molestas cuando llegan a los postres, de forma que están deseando pagar y marcharse dejando la mesa libre para los próximos clientes.

Esto es así, y se acepta con normalidad, ¿o no?, ahora se empiezan a oir voces en la red, de los defensores de la comida ultra-sana, padres veganos, o que se acercan a la ortorexia, que denuncian estos menús por ser hipercalóricos, tener exceso de carbohidratos, estar fritos y no llevar fruta o verdura. Alegan que los niños no aprenden a comer sano y que lo ideal es que coman lo mismo que los adultos en platos compartidos.

A ver, yo en mi tripulación tengo cuatro piratillas a cada cual con su manera de comer y hemos viajado mucho por ahí y por ello puedo afirmar que los experimentos en los restaurantes  hasta cierta edad no son aconsejables. Cuando se sale fuera es mejor ir a lo seguro y poner la ensalada y las lentejas en casa. Una piratilla de mi tripulación estuvo tres días de viaje alimentandose de patatas fritas y no tiene ningún problema de salud, y sus habitos alimenticios son muy saludables. Las patatas fritas en sí no son tan malas  y es mejor que tener a los niños escupiendo la comida o lloriqueando en un restaurante porque has pedido una sopa catellana que para ellos está asquerosa, no se la comen y la tienes que pagar. Cuando los piratillas aprenden a probar sabores nuevos sin escupir y sin armar escándalo, entonces pueden comer en un restaurante cualquier cosa que elijan del menú, y lo eligen ellos. -pueden comer ensalada porque estan acostumbrados de su casa y no van a tomar fruta, porque francamente quien come una pieza de fruta a tres euros, lo normal es tomar un postre dulce de pastelería que no te compras nunca a diario o no comer postre. Cada cosa tiene su edad, y los menús infantiles, están para eso, para que los niños aprendan a estar en un restaurante poco a poco y los adultos puedan ir con más tranquilidad. y sin montar un numerito.

Recientemente he estado reflexionando en el constante bombardeo que recibo sobre como educar a los hijos, niños adolescentes, cómo hacer que sean más inteligentes, más creativos, más educados, más positivos, más responsables, cómo enseñarles a dormir, a  comer, a beber, a atarse los zapatos y a limpiarse los mocos. Hay un sinfín de teorías, incluso algunos se ganan la vida escribiendo libros sobre ello y dando charlas, y cobrando por ellos. Los virales de las redes sociales, no se quedan atrás. Y al final uno vuelvo a lo de siempre, a sentirse culpable por no poder ser ese padre o madre ideal que no dice una palabra más alta que la otra, que sabe poner límites en su justa medida y que consigue que sus retoños sean personitas ideales que comen una dieta absolutamente sana, natural y equilibrada. Además si añadimos a eso a que todas las mamás deben estar a dieta y tener un tipo estupendo como Angelina Jolie, hacer manualidades de todo tipo y ser capaz de hacer el pino puente,  pues al final te agarras una depresión porque los que estudiamos la EGB, en un 90% todavía tenemos pesadillas con las clases de gimnasia (ya sabeis ...pino puente, espalderas, potro y balón medicinal).

Yo que soy madre pirata he escrito una serie de consejos vitales para ser buenos padres y madres piratas. Son consejos  que no hablan de niños ni de psicología positiva ni de refuerzos positivos y negativos, pero que pretenden que no nos olvidemos de lo que somos: piratas. Y los piratas nos queremos y aceptamos a nosotros mismos como somos, cuidamos nuestra salud porque así nos sentimos mejor, amamos la libertad, nos divertimos y nos preocupamos sólo lo imprescindible, somos seres sociales y espirituales. De esta manera aceptamos mejor a los demás y disfrutamos más de la vida. Y ese es el modelo que según yo, es el mejor modelo educativo que podemos ofrecer a nuestros piratillas.

1. Hacer pilates o yoga (meditación, relajación, oración). Combinar espiritualidad y condicionamiento físico es la mejor manera de entrar en contacto con nuestra faceta más positiva.

2. Hacer ejercicio físico con regularidad (preferentemente algo que nos guste)

3. Beber más agua.(La hidratación es vital para un buen estado físico)

4. Beber café o té con moderación. (Estar demasiado nervioso no nos favorece)

5. Comer más fruta y verdura (las digestiones ligeras aligeran la mente)

6. Tener un hobbie o varios (a parte del deporte). (Nos permite desarrollar nuestras habilidades y nos produce una gran sensación de bienestar)

7. Practicar la lectura (libros, prensa, revistas, comics, etc.) (Enriquecen la mente, nos ayuda a trabajar la memoria y la concentración),

8. Mantenerse al día de la actualidad en cualquier tema (política, cultura, sociedad, cotilleos, deportes). Importantísimo para tener conversaciones enriquecedores con los demás.

9. Saltarte la dieta el fin de semana, comiendo pizzas, hamburguesas, fritos, bollería, churros con chocolate, etc. (Importantísimo tener manzanilla para después)

10. Levantar la vista del móvil y mirar hacia el cielo y respirar profundamente al menos una vez al día.

11. Tener contacto directo con la naturaleza y los animales, ir al campo, a la playa.

12. Tener plantas en casa y si se puede alguna mascota y cuidar de ellas.

Estos consejos están  orientados a sentirse mejor con uno mismo, y encontrar el equilibrio mental y físico que nos lleva al positivismo, la paciencia, la indulgencia y el amor. Posiblemente sea imposible seguirlos todos o se puedan cambiar o añadir algunos. Lo importante al final es seguir el camino del sentido común y de las buenas intenciones, asumir que habrá  errores y aciertos sin complejos.   Sabemos que no somos perfectos, puesto que la imperfección es la forma más perfecta de ser humano.

Buena travesia!

Durante mis viajes y aventuras he visto cosas asombrosas pero esto que descubrí cuando nacieron mis gemelos me pone los pelos de punta. Hay piratillas que tienen una rara enfermedad, el síndrome de Gollum. No se saben muy bien cuales son las causas, pero los padres de esos niños lo pasan fatal.

Es algo cada vez más extendido, lo se porque a menudo cuando voy con mis gemelos, se me acerca algún papá o mamá  hacerme un comentario sobre lo iguales que son mis hijos y enseguida preguntan quién es más malo o quien se porta peor ( ahí ya se ve que la negatividad está a flor de piel), yo intento dar una respuesta neutra, porque se que no le interesa mi respuesta, solo quieren decirme eso de  pues el mio vale por dos o por tres los hay también.

A mi eso me da mucha pena, me imagino al niño discutiendo consigo mismo como Gollum, quitándose los juguetes, pegandose, se chivara de sí mismo. En sus casas les tienen que poner dos platos de comida, espaguetis con queso o sin queso, se cambian dos o tres veces de ropa al dia y asi con todo. Los padres están desbordados, además en el colegio el niño o la niña tiene que ir a dos clases diferentes y cuando saca la agenda para hacer los deberes es un caos. Y no hablemos de los cumpleaños, el doble de invitaciones!!

El caso más espeluznante, me lo encontré el otro día. Mis hijos estaban explorando en un parque y entre los pinos apareció un niño que se les unió en busca de piedras, agujeros y tesoros varios. Mientras yo supervisaba, se me acercó su padre y me confesó abatido que su hijo valía POR CINCO!!!. Me quedé sin palabras.

Tengo la enorme suerte de que mis piratillas son normales, gritones, indisciplinados, desordenados, temperamentales y geniales. Pero cada uno de ellos vale por uno, es decir, por si mismo en todo su valor

Buena travesía!

Ante lo diferente y lo inexplicable la gente suele tener dos tipos de reacciones: miedo o fascinación, a veces las dos cosas.  Y así ocurre con los gemelos. Mi abuela materna pensaba que tener gemelos era una especie de maldición, tenía preconcebido que los niños que no vienen solos a este mundo se portaban fatal, que eran incontrolables y que tenían algo demoníaco. Yo nunca lo vi así, siempre he envidiado esa conexión casi telepática, es realmente asombrosa. Con el tiempo he podido experimentado este rechazo y esta fascinación al convertirme en madre de gemelos. 

Todavía recuerdo el día que fui a la Biblioteca con todos mis piratillas a hacerles los carnés. Normalmente los encargados de la sala infantil son muy amables pero hay una bibliotecaria que sólo está en esa sala cuando no le queda más remedio. Y ese día estaba ella. En cuanto vió a los gemelos pasar se le mudó el gesto de la cara, creo que le había dado una contractura. ¡Silencio! susurró aunque estabamos solos y no habíamos dicho ni los buenos días. Ellos se dirigieron a las estanterías igual que sus hermanos mayores para coger libros y sumergirse en ese mundo de atractivos dibujos que hablan por sí solos, sin necesidad de que sepas leer. La pobre señora no daba abasto entre el ordenador que se quedaba colgado y perseguir a los gemelos, ¡Ese no!, ¡Ese tampoco!, ¡Sólo podeis coger los libros de bebés! (sin dejar de susurrar) y yo por más que le decía que no se preocupase que  no los iban a romper, ella a lo suyo. Llegó un momento en que los gemelos se pusieron nerviosos y  empezaron a sacar libros a diestro y siniestro, y a hablar en voz alta y aquélla estaba a punto de darle una subida de tensión. Tuve que recordarle que cuanto antes me hiciera los carnés antes me iría. Y reaccionó de inmediato. Para cuando nos fuimos tenía contracturas hasta en el culo, se sentaba raro.

En otra ocasion, que nos la encontramos se acerco a mí y me dijo:

¿No te agobias con tanto niño?,

Claro que no, le dije.   

Yo sí  - me contestó. 

Ya me he dado cuenta - le dije  antes de despedirme.

Es evidente que no todo el mundo vale para la piratería.

Buena travesía.

Dibujo de Bnl-Art-e

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Cuando se escucha esa frase ya sabemos que ocurre, un piratilla reclama su derecho a utilizar en propiedad un juguete que "se ha encontrado" por casualidad y no tiene propietario aparentemente. No se admiten reclamaciones. Claro que siempre aparece otro piratilla que reclama la propiedad "¡es mío!", "¡yo lo ví primero!", "¡me toca a mí!", etc. El debate está servido y como los piratas somos así, pues para demostrar que tenemos razón, vale cualquier cosa. Para poner paz en el barco, los capitanes les toca hacer de jueces y establecer acuerdos, y al final el objeto deseado se comparte aunque no siempre a gusto de todos. 

El problema viene cuando toca recoger los juguetes, entonces sólo se escucha "esto no es mío", "no lo he sacado yo", "yo no he jugado con eso". De repente parece que los piratillas han pasado la tarde sentados en una silla mirando a la pared. ¿Será que es verdad que los juguetes salen a jugar solos como en la peli de Toy's Story? Pero no vuelven solos a su lugar. ¡Qué extraño!

Bueno , al final si nadie mueve ficha toca sacar la bolsa de la basura o tomar como rehén algún objeto de gran valor, entonces los piratillas se alarman y se disponen a recoger y como son caóticos por naturaleza hay que organizarlos, uno los coches, otro los peluches, otro las connstrucciones, otro los dinosaurios. Y si hay que ayudarles pues se hace, el trabajo en equipo se hace mejor.

El dia de Reyes es un dia magico, ese día los piratas y piratillas reciben sus regalos, tesoros que aparecen de la noche a la mañana, como cumplimiento de un sueño y como el premio a todo un año de esfuerzo y de espíritu de superación por aprender a ser un buen pirata digno de su tripulación. Algunos deseos se cumplen y otros quedan pendientes por cumplir. En una tripulación numerosa como la nuestra el valor de cada juguete se multiplica, puesto que inmediatamente el juguete sin perder su propietario se socializa. Los juguetes que sirven para construir, crear, inventar, diseñar son mucho más divertidos cuando son compartidos. Incluso los libros se pueden compartir, leer en grupo, o cuando se los leen a los pequeños que no saben leer. Jugando juntos aprenden a cooperar, a esperar, a desesperarse, a enfadarse y a reconciliarse y ponerse de acuerdo de nuevo en un ciclo sin fin.

Lo más duro es tener que volver al cole, después de dos semanas de aventuras locas. A los piratas nos encanta aprender y descubrir cosas nuevas pero no estamos hechos para pasar horas sentados en una silla, cambiando de libro cada dos por tres. Tampoco nos gustan los horarios rígidos, ni las prisas. Al menos nos queda el recreo para juntarnos con otros piratillas frustrados, y la esperanza de que llegue pronto el fin de semana para iniciar una nueva aventura.

Además para superar el trance todavía tenemos puesta la decoración navideña y los juguetes nuevos esparcidos por todos los rincones esperando que se les asigne un lugar de recogida. Me he prometido a mi misma que lo recogeré todo antes de Carnaval.

Buena travesía.

Se supone que el camarote  de los capitanes son privados, es uno de los privilegios que se tienen a cambio de tener la responsabilidad de dirigir una tripulación. Sin embargo parece que los miembros de mi tripulación no lo tienen claro. Casi cada noche se levanta uno y se mete en la cama, cuando no son dos. Así que no nos queda más remedio que hacer un ejercicio de compresión corporal para tener espacio. Menos mal que los manotazos y las pataditas nos masajean la espalda, la barriga y la cara. Se levanta uno como nuevo. 

Hoy hemos ido a explorar a la biblioteca, hemos entrado sigilosamente y nos hemos dividido para seguir las pistas. Cada libro que hemos abierto nos ha descubiert

o un lugar nuevo y secreto. Al final hemos recogido nuestro tesoro y la guardiana nos ha atendido con complacencia. Dicen que un libro es un tesoro, pues nos transporta al mundo de la imaginación y de la fantasía, amplia nuestra creatividad y nuestro conocimiento. Nosotros nos hemos llevado diez y no sé cuantos hemos dejado esparcidos encima de la mesa

Los piratas por regla general son espíritus libres y tienen mucho temperamento, y hay ocasiones en las que el ambiente que nos rodea provoque tensión entre los piratas. El inicio de las vacaciones es una de esas ocasiones, los nervios por las actividades lúdicas del colegio, el cansancio acumulado y las expectativas que se crean para las vacaciones es una mezcla explosiva. Normalmente los piratas empiezan a discutir y a pelearse entre sí con más frecuencia de lo habitual, hasta que la capitana tiene que intervenir para poner orden. Pero de repente surge el motín, sin saber cómo, la tripulación ha pasado de estar enfrentada a estar unida contra ti. 

¿Y como resolver el motín? Hay que convocar una asamblea, todos sentados frente a ti. Es el momento de recordarles quien tiene el mando, explicar y exponer con claridad, y después escuchar sus opiniones y establecer acuerdos. Un barco no puede navegar sin una tripulación, y una tripulación no puede manejar un barco si no hay colaboración y trabajo en equipo. 

Buena travesía

Los piratas viajan por todo el mundo y necesitan hablar otros idiomas. Estas vacaciones de Navidad podemos ayudar a nuestros grumetes a repasar inglés de una forma entretenida sin necesidad de que nosotros sepamos mucho inglés.  Pueden trabajar conceptos básicos como la fecha, vocabulario de Navidad y de sus actividades cotidianas.

En primer lugar pueden hacer una planificación de lo que van a hacer cada día o lo que les gustaría hacer (My Christmas planning). Es importantísimo señalar los días importantes (Christmas Day, New Year's Eve, Three Kings Day)